miércoles, 4 de mayo de 2011

Había una vez...
No estaba muy inspirada, pero empecé a contar mi historia,
pasaron los minutos, pasaban las horas...

Y yo sentada en mi cama, haciendo el idiota, preguntándome todavía,
como empezar con una sola nota, "cu-cú" el reloj sonaba, un día más había pasado.

Y me levantaba, otra vez, otro día, las mismas esperanzas de no encontrar el tono,
según iba pasando el momento me iba pillando el toro, y sin esperanzas y sin el oro,
fui yo sola la que respondió a todo.

Me respondí a cada pregunta sin respuesta, qué es la vida y la diferencia entre un camino,
qué es el hombre y quién soy yo. Deduje que la vida es el camino, pero no el camino es la vida,
la vida se va volando, el camino es el que la sigue a sus pies, es el camino el que siembras,
pero no eres tú el que vuelve atrás para recogerlo. Supe que el hombre es el creador de una historia,
de una única y especial historia.

"cu-cú" el reloj sonaba, pasó el día, y yo sin decir nada.

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